Luis Pazos
En los últimos 20 años de gobiernos priistas los precios al consumidor aumentaron en promedio un 44% al año; en los primeros 10 años del PAN, 4.5%. Diez veces menos. La devaluación promedio anual del peso ante el dólar en los últimos 20 años del PRI fue de 46%; en los primeros 10 años del PAN, 3% anual. 14 veces menos. En los últimos 20 años del PRI los salarios reales se redujeron 67%; en los primeros 10 del PAN crecieron en 2.4%.En los últimos 20 años del PRI los precios de las gasolinas aumentaron anualmente 48% en promedio; en los primeros 10 del PAN, 5%. Diez veces menos. En los últimos 20 años del PRI el precio de la electricidad se incrementó anualmente un 42% en promedio; en los primeros 10 años del PAN, 9%. 4.6 veces menos. En los últimos 20 años del PRI la canasta básica: alimentos, bebidas, medicinas, vivienda, transporte, ropa, calzado, educación y esparcimiento, aumentó 38% promedio anual; en los 10 primeros años del PAN, 3.6%. Diez veces menos.
En los últimos 20 años del PRI aumentaron las colegiaturas 45% promedio anual; en los primeros 10 años del PAN, un 7%. Desde 2011 las colegiaturas son deducibles de impuestos.
En el último año del PRI (2000) la tasa de interés promedio en créditos para comprar una casa era de 18%; después de 10 años de gobiernos panistas (2011), 11.8%. En el último año de gobierno del PRI la tasa de interés para créditos automotrices promedio fue del 24%; después de 10 años de gobierno del PAN, 14.5%. En el último año del gobierno del PRI la tasa de interés promedio en tarjetas de crédito era de 43.4%; después de la primera década del PAN, 24.8%.
Durante los 70 años que ocupó la presidencia el PRI, ningún ciudadano sabía cuánto ni en que gastaba el Presidente de la República; durante los primeros 10 años de Gobierno del PAN, cualquier ciudadano puede conocer, gracias a la ley de transparencia, iniciativa del PAN, hasta cuánto cuestan las toallas que usa el Presidente en su Residencia Oficial.
El PRI Sí Cumplió
Luis Pazos
El PRI cumplió en los últimos 12 años con la estrategia que se propuso: frenar desde el Congreso y los Estados que gobierna, toda política o reforma que implicara una mejora para la vida de los mexicanos. Mayor seguridad y más crecimiento, según su lógica electoral, les restaban votos para regresar a la Presidencia.Su lógica es muy sencilla, si ellos hubieran apoyado en el Congreso la Reforma Laboral, Fiscal y Energética, que ahora promete su candidato, se hubieran creado anualmente más de 400,000 empleos y el Producto Interno Bruto hubiera crecido 1.5% adicional. Esos cambios, según sus estrategas, hubieran significado menos mexicanos a favor de que regresaran a la Presidencia.
Está documentado en el Congreso que las diversas iniciativas presentadas por el Ejecutivo, diputados panistas y aún por los mismos priístas, para flexibilizar la Ley Laboral y permitir una mayor creación de empleos, fueron rechazadas por las bancadas de diputados y senadores priístas.
En el caso de la lucha contra la violencia, legisladores priístas en el Congreso retardaron la aprobación de leyes que hubieran permitido combatir con mayor celeridad a los criminales. El PRI nunca apoyó la lucha contra la violencia del Gobierno Federal, aunque es fundamentalmente la misma que promete su candidato a la presidencia.
Los Estados con mayor violencia, donde se enquistó y entronizó el crimen organizado, son gobernados por el PRI: Veracruz, Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León y hasta hace poco Sinaloa, por poner algunos ejemplos. Los gobernadores priístas siguieron la estrategia de dejar que la violencia creciera. Se cruzaron de brazos ante homicidios, secuestros y extorsiones, que son delitos del orden común y constituyen el 90% de las causas de la violencia.
Más que ayudar a la lucha contra la delincuencia, el PRI abonó a la percepción de que es competencia del Gobierno Federal combatirla, como si sus gobernadores fueran espectadores sin responsabilidad ante las violaciones a la ley en sus Estados, las que tienen la obligación de combatir y castigar, según marca la Constitución. Sin embargo ellos le apostaron a la violencia como estrategia electoral y cumplieron.
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